domingo, 23 de noviembre de 2014

Viaje al centro de la luna.




Conectar con una persona, suele ser complejo y querer lograrlo es profundamente agotador.
Me dí cuenta que cada vez que una persona quería conocerme por lo general quería tratar de agradarme prestando atención a todo lo que yo decía y respondiendo conforme a mis pensamientos. Entonces, si me gustaba algo, a ellos les gustaba, con lo que yo pensara estaban de acuerdo. Simplemente esto me provocaba la risa, en la conversación misma. Valoraba el detalle de su esfuerzo por querer agradarme. Pero también es cierto que valoro la espontaneidad, la originalidad, el respeto por la diversidad y el no aparentar ser algo que no se es. Si, no nos damos cuenta de que esto es sólo un gesto por agradar terminaríamos  idealizando a una persona la cual luego conoceríamos distinta a como se había presentado.

Al principio de la juventud, siempre pensábamos que encontraríamos muchas personas con las cuales íbamos a conectar profundamente. Con el paso del tiempo nos dimos cuenta que esto en realidad ocurre contadas veces.

Dicen que para conectar con alguien sólo se necesita una mirada, un mensaje claro, simpatía y un poco de atención.  En realidad no creo que sólo se resuma en esos términos. Es tan complejo de explicar que cuando nos pasa no nos estamos preguntando por qué, sólo sucede, sin más.

Nos sentimos de una manera distinta a la habitual, nos enamoramos de esa forma de nuestro ser que hasta el momento estaba escondida, pero que reconocemos como propia y verdadera. Todo es tan natural y fluye de una manera encantadora.No hay trucos pero sí... magia

El problema se presenta cuando nos damos cuenta de que en realidad por mucho esfuerzo que realicemos, nunca vamos a conectar de esa manera con otra persona. Cuando podemos recordar ese momento con tanto detalle, mejor que muchos años de nuestras vidas. Un recuerdo que vuelve cada tanto a decirnos te sentiste de una forma que nunca más vas a poder a alcanzar. .

 Entonces, las relaciones no funcionan, nos desilusionan, pasar tanto tiempo con alguien puede resultar asfixiante, faltan motivos para superar las peleas y sobran excusas. Hasta nos sentimos vacíos espiritualmente, sin esperanzas, sin optimismo y quisiéramos llenar ese hueco y volver a sentirnos un poco ingenuos. Por que claro, con tal descubrimiento nos hemos convertidos en unos tremendos "realistas". 

Como si toda nuestra capacidad para ser lo mejor de nosotros se hubiese agotado, extirpado... en ese efímero momento de luz.

8 comentarios:

  1. Buenos dias Jeni...un relato muy bello a la amistad y cariño y la luna está a dos pasos.
    gracias por visitarme y tu amistad
    un beso
    Marina

    ResponderEliminar
  2. Jeny, con el tiempo te vas dando cuenta de que lo único que te diferencia del resto es tu autenticidad. Mientras somos muy jóvenes,queremos agradar a toda cosa,mostramos nuestra "mejor" cara,sin darnos cuenta de que la persona que nos ame,o que nos valore,nos aceptará tal y como somos..con nuestra luz y con nuestras sombras! Un abrazo! Y muchas gracias por comentar mi relato!

    ResponderEliminar
  3. ¡Hola Jeni!!!

    Yo que ya tengo experiencia, te redé que no hay que fingir en nada. Se tu misma y serás mucho más querida y admirada.

    Ha sido un placer pasar a leerte. Gracias por tu visita.
    Te dejo mi cálido abrazo y mi estima.
    feliz semana.

    ResponderEliminar
  4. Justo lo que he estado analizando este último tiempo, me encantó, simplemente genial.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  5. El amor se da o no, es la cosa más simple, no sé por qué muchos la hacen compleja. Si mueves un pequeño hilo para no ser quien en verdad eres, luego será tan difícil y falso el amor que no logrará sostenerse... o sí, pero con un costo muy alto.
    Un abrazo.
    HD

    ResponderEliminar
  6. Las relaciones humanas no tienen sentido hasta que no somos aceptados por el otro tal y como somos, con defectos y cualidades. En cuanto se nos condiciona, se trata de limitarnos, dejamos de ser persona para convertirnos en objeto. Y todo esto, ya se que dicho de otro modo, lo expresas muy bien en tu "entrada". Tienes razón y es verdad.

    La pregunta debería ser: "¿Crees que podrás quererme a pesar de que sea tan diferente a tí? ¿Podemos intentarlo? ¿Seremos capaces de no odiarnos si fracasamos en nuestro intento?

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Muy interesante reflexiòn Jeny!
    Ese viaje al centro de la luna, me suena muy bonito y romàntico, es cuando el calor del primer amor nos envuelve en una burbuja, y nos hace ver las estrellas y toda la constelaciòn del universo maravillosa!; con el tiempo nuestras diferencias se hacen mas evidentes, y lo que no nos gusta del otro menos agradable.
    Ahora que pasarìa si fuesemos exactamente iguales, creo que serìa tedioso, ya que por naturaleza existe la tendencia a innovar, a gustar de lo nuevo y diferente.

    Pero volviendo a esa relaciòn que tanto anhelamos, considero que tanto del alma como fìsicamente, habrà una interacciòn muy cercana, que en el tiempo, en virtud del amor, de lo que sembramos cada dìa, del abono que pongamos, de la aceptaciòn recìproca de nuestras imperfecciones, se irà fortaleciendo mas y mas conforme se vayan sumando tantas cosas fundamentales, que conforman nuestra vida.(Ilusiones, estudios,trabajo,hijos,flores,casa,viajes y todo aquellos que conlleva a tener unidad y en una direcciòn, en razòn del amor, del calor,que tenemos que avivar para esa fusiòn de amor en nuestro camino)
    Desde luego que no es simple de hacer, pero tampoco es imposible.

    Un fuerte Abrazo Jeny
    con todo cariño!

    ResponderEliminar