miércoles, 11 de diciembre de 2013

Sal con una chica que lee

Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca. 

Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.

Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.

Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella. 

Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace. 

Por lo menos tiene que intentarlo.

Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo. 

Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos. 

¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la saga Crepúsculo. 

Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.

Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.

Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.

Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.


viernes, 8 de noviembre de 2013

Dicen...

''Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos... esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella... y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderás para siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado.. que las fuerzas de la química escapan a la razón y les impedirán siempre alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejarás de intentarlo, te rendirás y buscarás a esa otra persona que acabarás encontrando. Pero te aseguro que no pasarás una sola noche, sin necesitar otro beso suyo, o tan siquiera discutir una vez más... todos saben de qué estoy hablando, por que mientras están leyendo estas lineas, se les ha venido su nombre a la cabeza... te librarás de él ó de ella dejarás de sufrir, conseguirás encontrar la paz (la sustituirás por la calma) pero te aseguro que no pasará un día en que no desees que este aquí para perturbarte. Porque a veces se desprende más energía discutiendo con alguien que amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias.''




Remember.

Yo pensé que podía quedarme sin ti y no puedo 
Es difícil mi amor, más difícil de lo que pensé 
He dejado mi puerta entre abierta 
Y entraste tú sin avisar 
No te apartes de mí, oh no 
Yo pensé que con tanta experiencia conocía todo 
Y contigo aprendí que al amor no le importa quién sabe más 
Y que el tiempo en nosotros no existe 
Por todo lo que veo en ti 
No te apartes de mí, oh no. 

Todo amor que yo esperé de la vida 
Lo he encontrado sólo en ti 
Y resulta que tú no estás aquí 
Esos aires de quien no sabe nada 
Me han sabido hacer feliz 
No te apartes de mí, oh, oh, oh, oh, oh no.
 No pensé que ese aire inocente me enseñase el mundo 
En las cosas bonitas tan simples que siempre me dices 
Por la falta que me haces aquí 
Y por todo lo que veo en ti 
No te apartes de mi, oh,oh, oh, oh, oh no. 

Todo amor que yo esperé de la vida 
Lo he encontrado sólo en ti 
Y resulta que tú no estás aquí 
Esos aires que quien no sabe nada 
Me han sabido hacer feliz 
No te apartes de mí, oh,oh,oh no. 

No te apartes de mí, oh,oh,oh no 
Oh no, oh no 
No te apartes de mí, oh,oh,oh no 
No te apartes de mí, oh,oh,oh no.


sábado, 12 de octubre de 2013

Una canción diferente.




Dame amor, dame tu corazón 
dame tiempo para respirar 
está muriendo el sol 
dame música para crear 
una nueva canción 

Se abren espacios 
en el medio de la jungla 
son nuestras voces 
que se escuchan juntas 

Dame amor, 
que estoy de muy mal humor 
me revolqué por la realidad 
y ahora estoy destruida 
necesito tu amor 
ya no aguanto una mentira 
con mi cuerpo de mi mujer 
te voy a dar la verdad 

Si todo el mundo 
vive haciendo la guerra, 
yo necesito que me des tu paz 
necesito arrancar todo lo que me hiera 
necesito amor, necesito más... 
más libertad... 

Si todo el mundo 
vive haciéndonos la guerra, 
yo necesito que me des tu paz 
necesito arrancar todo lo que me hiera 
necesito amor, necesito más... 
más libertad... más libertad... 
más libertad... más libertad... 
más libertad... más libertad... 

Necesito arrancar todo lo que hiera 
necesito amor, necesito que tengas más 
más libertad...



Muchas gracias a todos por sus comentarios, gracias a todos por leerme....muchos reclamaban que hace tiempo que no publico pero como ustedes ya lo saben soy una romántica incurable que siempre vuelve.

Ya no tengo 13 años, hoy tengo 18 pero eso no quiere decir mucho, siempre voy a volver a poner mi corazón aquí para ustedes :)



lunes, 12 de agosto de 2013

Vas a gritar


Había que hacerlos gritar, enojarse, hartarse de su propio hartazgo. Transformar el dolor en un grito de liberación. Tienen que gritar bien fuerte, tan fuerte como para callar esa voz interna que los tortura, que los injuria, esa voz interior que los odia. Había que empujarlos hasta su propio limite. Hasta que pudieran dar ese grito que le puso fin al abuso. Tienen que poder gritar hasta acá llegaste había que quebrarlos, que romperlos. Sacudirlos para que pudieran liberarse de esa realidad. Había que llenarlos de esa angustia que es aliada, esa angustia que se transforma en ayuda, en grito de socorro.
Había que hacerlos gritar para traerlos de regreso de la insensibilidad. 
Era importante hacer audible la desesperación y el dolor, y que el desamparo se volviera grito. Era importante ayudarlos a hacerse visibles gritando Acá estoy yo y hasta ahí llegas vos”. Había que tocarles el alma, y a veces el alma grita y en ese grito se sana.
A veces el mutismo se cura con un grito. Y a veces un susurro tiene la potencia de mil gritos que necesitan ser gritados.


viernes, 14 de junio de 2013

El Otro Yo



Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la nariz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando. Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.
El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente, se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse incómodo frente a sus amigos. Por otra parte el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.
Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo qué hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañana siguiente se había suicidado.
Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría ser enteramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.
Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió a la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le lleno de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas.
Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: «Pobre Armando. Y pensar que parecía tan fuerte y saludable».
El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.


jueves, 7 de febrero de 2013

"Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso”

-No eres más que un muchachito parecido a otros cien mil —dijo el zorro— y no te necesito; tú tampoco me necesitas. Pero si me domesticas —añadió— tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo y yo seré para ti único en el mundo.
—Comienzo a comprender —dijo el Principito. —Hay una flor... creo que me ha domesticado.



sábado, 5 de enero de 2013

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Un dolor del alma no se quita con remedios, terapia o vacaciones; un dolor así se sufre, simplemente, a fondo, sin atenuantes, como debe ser.